Origen.

Gracias por todo lo que me has aportado, enseñado y dado a conocer.
Gracias por creer en mí más que yo misma...
gracias por dejarme la puerta abierta de tu mundo interior, de tu gente, de tu vida.... De nada en particular y todo en general..... eres luz y sombra, pero ¿Cómo se podría apreciar la verdadera belleza de la luz, si nunca has sentido la frialdad de la penumbra???
Sos vos quien me da la calma para dormir, y quien me recuerda lo dañino que es el amor, cuando lo entregas todo sin pensar....

Eres cárcel, y la única llave de mi libertad. O bien dicho, de la libertad que anhelo, que no por ello afirmo que es la real o la que me corresponde, es a la que aspiro, la que defiendo, por la que le declararía la guerra a cualquiera y por la que aceptaría la paz sin demora. Es la libertad de estar contigo sin mirar hacia otro lado, sin esperar un gesto, una palabra, una mirada mal intencionada que me desestabilice y me devuelva a la realidad... despertase de una "patada" al estado inicial. Donde no recuerdas el sueño que te tenía tan consumida, no recuerdas el origen de todo lo que te rodea, y sólo tienes ganas de desaparecer sin dejar rastro ni recuerdo en nadie, excepto en tí misma. Para al menos poder conversar con alguien camino de vuelta. De vuelta aun más a la realidad. Alejándote a pasos agigantados del sueño que compartiste alguna vez con alguien... 
Vas tan rápido que se apagan tus sentidos. No ves nada ni a nadie, no escuchas ni sientes. Bueno, sentir sí sientes. Te sientes asombrósamente ridícula.
Como quien creyó alguna vez en los Reyes Magos... Ilusa, confundida, rabiosa incluso con los que sí esperan impacientes por su visita una sola noche al año. No lo soportas. No soportas el aire que respiras. Te sube un calor asfixiante y despiertas...


* ...Aveces, te espera ella para volverte a dormir con sus caricias. Otras, simplemente, despiertas.