No creia en el destino ni en las señales del Universo,
pero reconozco que hay algunos sucesos que escapan a mi lógica.
Todo lo que vivimos, los lugares en los que has estado que nunca entraron en tus planes y las personas a las que casualmente conociste, no son casualidad.

Nuestra energía nos guia por su particular frecuencia.
Nosotros somos los que creamos nuestra vida.
A través de nuestras intuiciones, sensaciones y decisiones creamos nuestro destino,
pero esas intuiciones, sensaciones y decisiones pasan por un control
universal que une nuestras vibraciones con las del resto del mundo, y cuando algunas coinciden especialmente, este control las junta en espacio y tiempo, lo que se llama destino. Los más agnósticos prefieren llamarlo casualidad.

Lo que está claro es que se llame como se llame, estas energias existen.
En la cultura oriental, a esta energia la llaman karma, según como actues y te comportes con los demás, igual te será devuelto.
El Universo nos manda señales que debemos interpretar y dejar fluir.
No interponerse aunque parezca que no tienen sentido, que se nos irá todo al "garete" o que vamos a desaprobechar una gran oportunidad....
Aprobecha los giros que te de la vida. Aunque aveces no te parezcan los más acertados o los que deseabas,
cuando nos pasa algo malo pensamos: ¿Por qué a mi? ¿Por qué ahora?
Pero es justo en ese desorden cuando sucede el milagro: a causa de ese suceso contrariado,
te encuentras en el momento y lugar perfectos para vivir otra experiencia más
maravillosa aún que la que te esperaba si te ubieses quedado en la misma trayectoria que llevabas.[*]

Esto te enseña que todo tiene un sentido. Toda pieza su rompecabezas.
Tenemos que exprimir las vivencias, las amistades que aparecen "como arte de magia",
ya que están ahi por algo y para algo,
para mostrarte o que le muestres, pero no podrás escapar a ello.

Hay que encontrarle el sentido a lo que está pasando en el presente y no cerrarte puertas a NADA.
Tienes que ser capaz de dominar la experiencia de tal manera que no pare tus intereses,
pero a la vez, déjate envolver por la química de cada momento de cada nueva oportunidad...

Todas las decisiones son acertadas,
mientras sepas aprobecharlas.


Es así,
en un giro de mi vida al que no le encontraba sentido
cuando te conocí,
y supe que eras tú lo que le daba sentido a todo... [to be continued...]



[*] Hay un Cuento de Jorge Bucay que comenta una situación así, y es muy curioso, dejo un link:

Cuento: El portero de prostíbulo [ir]

en Sueños.

*Esta noche soñé contigo.
No se porqué, ni porqué tú.
Pero al levantarme se me encogió el estómago,
una sensación que aún conservo.
Fue todo muy inocente... y me gustó.
Me gustó tanto, que desde entonces
deseo que vuelvas a visitarme.
En sueños..., claro...

¿De qué otra forma podría ser...?

Te espero impaciente,



princesa. . . .*

. . .Tu nombre se instala en mi tráquea
y no lo puedo soltar.
Siento un calambre. Comienza en el estómago,
se intensifica en el pecho,
traspasa el corazón y asciende hasta mis ojos.
Allí siento como se magnifica el dolor en mi garganta,
ese hilito eléctrico se transforma en delicadas lágrimas
que pretenden escapar de mis cuencas hacía las mejillas y acabar en mi boca,
recordándome,
con ese sabor dulzón que siento cuando finalmente llega a mis labios,
que es lo único dulce que me queda ya de ti. . .

5 Letras.

Tu nombre se atranca como una espina en mi tráquea
y no lo puedo soltar.
Un calambre brutal invade mi cuerpo.
Comienza en el estómago,
sube por el pecho, e x p a n d e mis costillas y atraviesa el corazón.
Siento como se magnifica el dolor en la garganta.
Sucede en cuestión de segundos,
pero a mi me parece una eternidad.
Me convierto en roca.
El hilito eléctrico cesa en su avance,
aunque no ha terminado el ataque:
Furiosas lágrimas pretenden estallar sin control de mis cuencas.
Yo no las dejo. Soy consciente de que una de esas gotitas acabará en la comisura de mis labios,
recordándome,
que eso será lo más dulce que me quede de ti.

Cada hora. Tu nombre me atormenta.
Dia o noche, a cualquier momento.
pero no eres tú, ni tu imagen la que me desvela.
No son tus manos, ni tus caricias las que me paralizan.
No es tu boca, ni tus palabras las que duelen.
No eres tú el que me atormenta. Ni la certeza de que probablemente nunca fuiste,
ni serás mio.
Es tu nombre.
El símbolo de un anhelo. Un sueño hecho añicos. Un todo por Nada.

Lo que me atormenta hasta hoy,
no es la pérdida de un amor,
es el recuerdo de un sueño fallido... tan solo eso.