El Mito de la Amistad.

¿Os resumo mi vida??

 

Decepción, tras decepción, tras decepción, tras decepción...


Menos mal que aun quedan algunas personas..
7 de junio del 2010: Que pocas han sobrevivido a este crucero Titánico, con tantas que embarcaron... Un año lleno de mareas altas, de olas gigantes, de tempestades y vientos huracanados. De hijos de puta y cangrejos parlantes. Y también de sol y aguas calmadas. ¿Pero cuántos aguantaron hasta el final??

Una vez alguien pronunció: La amistad es lo único que es único y suficiente.
Y hoy me pregunto yo: ¿Cómo identificar ese sentimiento tan puro sin interferencias? ¿Cómo saber quién es un VERDADERO amigo? y lo que es más difícil... cuando lo encuentras, ¿Cómo conservarlo en el TIEMPO, la DISTANCIA y la HIPOCRESÍA terrenal??

Reinventando a platón,

El mito de la caverna, Libro VII de La República. Platón.

planteo yo...

(los "amigos") Son como sombras reflejadas por una hoguera cálida y chispeante llena de fuerza, energía y viveza.
La hoguera parece fuerte e infinita, pero tarde o temprano se apagará dejando al desnudo los verdaderos objetos. ("personas")

Estos son mucho más imperfectos que sus efímeras sombras, pero llegados a este punto... ¿Vivir entre los objetos recordando su sombra, o despertar y buscar nuevos objetos, más perfectos, más reales, y sin una sombra que enturbie tu mirada??

 Lo más increíble, es que en la misma cueva dónde se encuentran los objetos, las sombras y tú mismo, subsisten también otra clase de objetos. Con sombras bastante más pequeñas y difusas, ya que no dependen de la hoguera, sino de un rayo de luz del exterior. Sí, del exterior. Que se cuela por una pequeña grieta situada en lo alto, que alumbra gran parte de la umbría y fría caverna. ¿Porqué no te habías fijado hasta ahora? Porque estabas demasiado centrado en las sombras como para ver el resto de tu habitáculo. Los nuevos objetos, así mismo, no son tan perfectos como las sombras de los primeros que nos tenían completamente embelesados, más bien ciegos. Sino unos objetos que desde el principio muestran sus formas, la intensidad de sus colores y texturas variadas. Que no tan lisas y definidas como mostraban las sombras, pero al fin y al cabo, realmente reales.

Al acercarnos a ellos, al apreciar sus cualidades, nos fijamos en el rayito del exterior. El rayito de luz nos incluye en el paisaje iluminándonos levemente. Es entonces y sólo entonces, cuando empezamos a valorar lo real e imperfecto ante lo perfecto e irreal.





Es cuando empezamos a valorar a los amigos por las veces que han estado cuando llorabas, y no por las veces que han estado cuando reías. Que no por ello es menos valorable, pero no puedes olvidar que son sólo sombras que debes identificar cuanto antes, sino pueden cegarte tanto que cuando veas realmente al objeto te parecerá tan imperfecto que lo tacharás como irreal, y volverás a sentarte inconscientemente junto a la hoguera, sin más compañía que de sombras perfectas, pero al fin y al cabo, realmente irreales.

Gracias, a quien le pueda interesar.

Gracias, a quien se lo merece de verdad. Sin sombras ni hoguera.

Incondicionalmente, Gracias. (L)