Naciste para guiar, para educar y enseñar.
Para compartir con los demás tu mágia.
Estás llena de poder,
un poder que hasta tú desconoces.
Tienes el poder de crear,
de llenar en vez de vaciar,
de ayudar en vez de dañar.
Tienes el poder de curar a corazones y
encauzar almas que habían perdido su rumbo.
Tienes el poder de asombro y evolución.
Amas. Perdonas.
No albergas reencor. No odias.
No matas; pero mueres por quien quieres.
Eres tranquilidad en vez de desasosiego.
Eres la mejor amiga, la que siempre escucha, la que no juzga,
la que entiende lo que hay en lo más profundo de mí...
...aunque ni yo lo vea.
Eres la que me apoya sin lanzarme, la que siempre,
sin NINGUNA excepción, ha estado a mi lado.
La que se preocupa por mí más que yo misma.
La que más me echa de menos cuando me voy,
y la que más se alegra al regreso.
Eres la hermana que nunca tuve,
eres en la primera que pienso cuando las cosas van mal...
...y cuando van bien.
Eres fuente de vida y sabiduría.
Eres tan fuerte como frágil.
Roca y flor.
Eres arroyo de agua.
Eres cielo, eres pájaro.
Eres Diosa.
Eres poesía y eres lección.
Eres la mejor compañera
que en mi vida pudiera tener.
TE quiero, MAMÁ!
Una madrugada de 27/01/1965 fue el principio...
...un 05/07/1991 regaló su vida.
Y ahora somos dos.
