Juguetes rotos. diálogo.

Continuamente, pasa el tiempo y cada vez más,

una lucha constante entre lo que quiere tu corazón y tu cabeza.

Yo no soy la que decide si se queda o se marcha,

debes ser tú la que tome esa decisión.

Tú no quieres desprenderte de mí,

ni yo quiero que te marches.

Lo poco bueno que conservo hoy día 

es gracias a ti y por ti... lo que conseguí cuando

te daba la espalda

no merece hoy día

ni mayor mención, y lo sabes...

Pero la sociedad me obliga a abandonarte,

a darte de lado.

Me dicen que ya es hora de madurar y

dejar todas mis muñecas atrás, en la basura los peluches

y hacerle hueco al orden, que ya son veinte años.

Tirar mis cuentos, mis dibujos, mis fantasías...

la primera vez que escribí un diario,

los bocetos de mi tienda de moda,

borradores de canciones con las que

mi mejor amiga y yo pasábamos las tardes de verano..,

que tantas cosas me enseñaron y

cuánto de ella y de mí aprendí...

El lugar secreto, las bicicletas a toda pastilla, 

el carrito bala, el arbol mágico, la trinchera en el parque,

la guerra de los hormigueros, la bolsa trineo,

Jorge y su pandilla... ¿¡Los recuerdas!??

...Para ahora colocar libros "útiles",

que si te soy sincera,

ni siquiera hice el amago de leer.

Yo aún no me siento preparada. En realidad no es eso.

Es que no quiero afrontarlo sin ti.

No quiero dejarte. Tú que me has hecho tan feliz desinteresadamente.

Tú que me regalaste mis primeras risas,

tú estabas presente en mi primer paso,

el más importante que hasta hoy he dado.

Calle arriba, calle abajo...

Tú me acercaste la grandiosa cara

de mi primer compañero perruno.

Tú que no le tenías miedo a nada.

Me descubriste lo que escondía la cueva de los pinchos,

por la que todos me alejaban de él bruscamente,

esa cueva que no era más ni menos lo que escondía, que la más blandita gigantesca y gelatinosa lengua viperina, que más que maldad,

lo que desprendía era el amor más puro y desinteresado

que hasta entonces un ser me había regalado.

Y te ganaste su respeto.

Y fué por tí. Por tu curiosidad infinita.

Ésa que nos convertía en las mejores filósofas.

Esa que ahora me va faltando...

Por tenerte que despegar de mí.

Por querer demostrarle a alguien que soy capaz

de hacer algo de provecho con mi vida

más que soñar futuros improbables, sociedades utópicas,

un mundo lleno de pajaritos... lindísimos, por cierto.

¡En el nuestro, en nuestro lugar preferido..!

Ahora dicen que es malgastada la mañana,

si la dedico a escuchar al viento, sentir la tierra,

pasar las horas sentada al lado del mar... a soñar despierta...

¡Era el nuestro, nuestro pasatiempo favorito..!

...¿Recuerdas?

Ahora me dicen que eso es de críos,

y con suerte, algunos,

que qué bohemia me he vuelto.

No quieres abandonarme, pero no siento que me escuches...

La frase que más me gusta es la de:

ya se te pasará,

son cosas de la edad.

¡Yo no creo que sean cosas de la edad y

ojalá no se me pasen nunca!

Si tú no las tuviste..., (rectifico);

Sí, si que las tuviste, pero si fuiste tan cenutrio,

tan "adulto", que las abandonaste antes de tiempo,
y ahora sólo tienes un vago recuerdo de lo que fué...

...no,
no puedes entenderlo.

...pero lo más triste,

es jamás sabrás lo que pudo haber llegado a ser.

La edad tal como viene se va. Pero lo que queda inscrito en el alma es inmutable, lo aprendimos juntas, ¿Re...?

...Y yo; yo no quiero que se vaya, 

aun le queda mucho por decir.

¿..ya no hablas hablas conmigo...?

(tartamudeo) Sí, perdona, me dejé llevar por la Realidad...

Claro que lo recuerdo pequeña ratoncilla de alacena.

Cada detalle, cada rayo de sol, cada risa con Sara...

...aquí sigo;
pequeña grandiosa,
sin hablarte, pero sin despedirme.

 

  Raquel A.S. 1991-

Bautizada ratón de la alacena

al nacer, por su peculiar

curiosidad.