Lo extraordinario es la realidad.

Pensando lo extraordinario
si no te tengo entre
mis lazos,
me lío menos de lo esperado.

A día no comprendo el sentido
de la vida
si se malgasta en la rutinaridad
de no tenerte.

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Endurecidos los días de espesa capa
de humo,
enturbian la memoria y
fingen que nada hubo.
Pero las noches frías que
escarchan mi alma,
me recuerdan con tacto
las sábanas de
tu cama,
la textura de
tu cintura,
el calor de 
tu espalda y el sudor,
de una mirada parpadeante
de ojos brillantes
esperando una palabra...

Una palabra que la pueda convencer,
que le asegure una plaza
en un corazón
que no la pueda abandonar
en la vejez. . .

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En mi mente
como imágenes
antes de la misma muerte,
se tropiezan mil de esas
palabras, pero mi garganta
no emite sonido alguno por
bien defendida una antigua herida;

Un amor errado del que no hace tanto,
y por él,
en ningún cuento
invento final feliz.
 
Lo mismo te pasa a tí
blanca flor,
cuando el sonido envuelve
tu mente sin crear escrito,
es cuando tus ojos se cierran
y relajan tus sentidos.
Tu cuerpo es el que habla, y
todo queda dicho.

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Después de la guerra,
como ráfagas de llegada,
desaparecen tus ganas en la nada.

Al igual que mi cicatriz
me impide demostrarte
lo que sueño
cuando te entregas a mí,
tú dudas de mi condición
y cuestionas la intención
de unos besos que son
sólo para tí...

Tú fuiste quien con
extrema precaución
se introdujo en mi vida,
no esperaste que yo cayese rendida,
no esperaste que la desmensurada curiosidad
diese alas a mi pasión dormida,
que aunque fue entonces acusada
de mero capricho,
ahora afirmo sin necesidad
de apelar a cínica palabrería,
como en un tiempo
novatos poetas muertos...

-que si el capricho duele tanto
que ahoga la fuerza de un ser,
puede que sea;

Si no me temo que se trata de otra cosa,
algo peor;

Creo, creo que es Amor.

Remember always this,

a kiss is just a kiss.

Humphrey Bogart, Casablanca.